jueves, 5 de junio de 2008

El Otoño me delata (camino a Mayor López).





1 comentario:

Sant dijo...

(Vino a parar este comment aqúi porque el tuyo me trajo hasta las fotos, no se si va aquí o donde...)

Leo y releo el comentario...
Recuerdo dije una vez: "...no me interesa hacer de esto una tragedia griega..."
Seguramente hablabamos de lo mismo, de la novela de la vida propia, la que escribimos cotidianamente...
Podríamos hacer aquí una aclaración, podría decir primero que DRAMA = ACCION, según su significado griego... y que en todo caso el género en el que podemos clasificar nuestra novela de la vida sería algo así como un MELODRAMA, subgénero del anterior y en el que tienen mayor enfasis la pasión, los conflictos humanos (también lo trágico y lo drmático)...
Pero más allá de tanto palabrerío inútil, te digo esto... vos empuñás tu pluma de la misma forma que yo la mia y que todos, cada cual la suya... no hay shakespeare ni nadie allá arriba escribiendo por nosotros... y los buenos cuentistas (esto me lo enseñaste vos) saben el principio, no así el final... Esto es lo mismo, como podemos saber el final, o el capítulo que está por venir? Lo único que tenemos son simples herramientas, recursos (capítulos ya escritos, experiencias de cuentistas amigos...), reglas, excepciones y a veces (por que no?) suposiciones... que, coincido en que son basura inservible, pero muchas veces es lo único que tenemos a mano...
Mi nombre ya está escrito, el tuyo también... en tu diario-novela-drama-vida y en el mio... Ya no se puede borrar allí... Y eso es lo emocionante de estos guiones, que son en real time, no podemos hacer una preview sin que nada quede escrito... En adelante cada uno seguirá escribiendo como le parezca mejor, en el melodrama de uno no hay lugar para dos autores... puede suceder... o que dos vidas se encuentran y terminan fusionando sus cuadernos y haciendo una sola novela... pero eso es tragedia segura eh?

Te dejo un beso... y un regalo


No me sirven estos ojos para mirarte
son demasiado tímidos y miopes
habrá que adiestrarlos para que te lean
cuando sonríes desde tu neblina
o dices adiós como quien dice quédate

no me sirven estos ojos porque parpadean
y a ti hay que mirarte sin tregua ni respiro
ya que de lo contrario eliges diluirte
en suspiros presagios y distracciones
y entonces nadie sabe a dónde te escabulles

no me sirven estos ojos porque a veces
a pesar de mi oficio de nictálope
no puedo adivinarte en tu balcón
cuando asumes la pena y el fracaso
de esta boca que no llega a tu boca

no me sirven estos ojos ni esta linterna
ni aún este sencillo proyecto de lujuria
a lo mejor no estás / a lo peor no existes
julieta favorita de mis huesos antiguos
quimera de mi afán y mi acabóse.